“Lo que más quiero hacer en la vida es escribir, hacer
que lo que escribo se junten con las palabras que no pueden salir de tu boca e
incluso de la mía, hacer que también se junten con los que si dicen, con los
que conversan y con los que gritan allá afuera. O hacer que mis palabras hagan
pausa para dar paso al silencio, ese lleno de plenitud que contempla mi camino,
de cuando solo se quiere escuchar.”
La transición de paisajes, de personas, de vivencias, de
colores, ha hecho que cada lugar me sirva para ir fortaleciendo mi propósito,
mostrándome lo arraigada que puedo ser con mis comodidades, con mis seguridades
y la belleza en resolver la incertidumbre que me aqueja.
Para mi Perú fue una especie de último eslabón entre mi vida
de turista y mi vida de viajera, en donde la diferencia radica en que el
primero solo visita los lugares que se muestran por catalogo y no se empapa realmente de la vida en el
lugar y el viajero que a pesar que está de paso también, adopta y entiende las
formas de vida, ya que también debe buscar la forma de vivir en los lugares integrándose
en cada lugar a los sistemas que existen.
Por lo que también hice los recorridos hermosos y típicos de
la ciudad de Lima, alojé en casa de unas altas señoras Chilenas pertenecientes
hace 40 años más o menos a la prestigiosa sociedad de Lima, pasé buenas fiestas
con una amiga loca que también viajaba por Perú, y estuve en la crema y nata
del folclore Peruano, todo junto a mi amiga Camila, que aún seguía conmigo.
Puno
Entramos por fin al Perú, a un nuevo mundo y estamos
contentos por ello, alojamos en Puno, una ciudad que está a 3000 msnm, hay mucho
frío y las lluvias caen con granizo, se nota que todas las veredas están
preparadas para este clima, porque son más altas que lo habitual. Hemos encontrado un hotel 3 estrellas, a 45
soles por una pieza doble, que es algo así como, 17 dólares, $8500 pesos para dos
personas, es decir $4250 por cada una,
en una habitación muy cómoda, sabanas limpias, toallas, jabones, baño privado,
excelente atención y Wi Fi, “no podíamos pedir más”, en comparación con lo
vivido como servicio en Bolivia, nos sentimos contentos porque a la cena,
pudimos ordenar pizza en un restaurant, y esta vez ellos sí querían atendernos,
así que con guatita llena, el corazón estaba doblemente contento, al encontrar
un poco de cariño de ese que escaseo a ratos en el servicio de Bolivia.
A la mañana después de exquisito descanso y muy felices todo
el grupo volvió a armar las mochilas para nuestra despedida definitiva,
nuestros amigos, los argentinos, se iban a Cuzco a conocer el Machupichu, y
nosotras a Lima a visitar a las tías de Camila, por mi parte, quería acortar
camino a Ecuador para encontrarme con mis otras angelitas, mis compañeras de la
parte final de la primera etapa del viaje, ya llevaban un mes en Montañita y
estaban a punto de partir para otro lugar, había prisa.
Nuestro Propósito
Antes de partir, nos detuvimos en Internet, para nuestra
clase final de la Ley del Tiempo, pero más que clase, fue descubrir por cada
uno, cuál era el componente que nos marcaba, los que pudimos tomamos nota de
los que Nacho nos indicaba, parecíamos un grupo que formaba parte de algo, que
claramente no era la casualidad, cuestiones tales como cual era nuestro
propósito como persona en particular, a que debíamos aspirar, bajo que
herramienta lograr nuestro propósito, y que era lo que constituía nuestra madera
o nuestra energía, era lo que iba constituyendo este grupo que en forma
individual éramos distintos, pero que en la unión éramos el complemento
perfecto de cada uno para ayudarnos a encontrar nuestro propósito.
Rumbos
Después de un hermoso abrazo de hasta siempre, con los
chicos nos separamos. Tomamos un minibus hacia Arequipa, según nuestros datos
era mucho más barato y rápido, ir por tramos (era lo que creíamos), y mientras
nos alejábamos seguía presenciando el sin número de construcciones a medias que
ya venían caracterizando las ciudades, tanto de Bolivia como de Perú, me
imagino que por la falta de recursos la gente se demora mucho más en terminar
sus viviendas y las van construyendo por pisos, quizás son de esas casas que no
terminan nunca en construirse, lo que me hizo acordar de mi niñez, cuando mi
padre era el que construía las ampliaciones, el garage y lo que se necesitase,
habían veranos en donde podíamos pasar en completo campamento preguntándonos
cuando se terminaría la obra, siempre faltaba un ladrillo o una plancha o el
tiempo no ayudaba a construir y la casa llena de polvo, así es que lo que nos
tocaba en ese tiempo era el aguante y la risa para aliviar la espera.
La Travesía
Al llegar a Arequipa teníamos el tiempo justo, llegamos a
tiempo para un bus a Lima, para hacer pipi, comprar algo para comer y volver a
la ruta, esta vez con algo así como más de 24 hrs de duración del viaje hasta
llegar a Lima, pensábamos tomar un bus de clase Premium, porque son los
recomendados, sin robos, sin contratiempos, pero nada, no había ninguno
disponible, solo quedaba la “hermosa” clase Clásica, y bueno de tanto viaje en
Bolivia y condiciones no tan gratas, ya no le teníamos susto a sillones que no
se reclinasen o baños malolientes, estábamos dispuestas preparadas.
Nos subimos al bus, esta vez si teníamos sillones que
reclinaban, los baños estaban lejos de nosotras, así que nos sumergimos en el
esperado sueño que teníamos de sobra porque aun no nos recuperábamos del todo,
agarramos nuestros sacos de dormir que nos hacían de cobija y plácidamente nos
sumergimos en el asiento, de pronto todo nuestro relajo quedó interrumpido por
la luz del día, gente protestando y el chofer de camisa semi abierta y panza
prominente indicándonos que teníamos que bajar del bus, nosotras no lo podíamos
creer, estábamos a 7 hrs. de Lima, en una carretera casi desértica, en un lugar
llamado la Quebrada de la Vaca, un lugar conocido “solo en su casa”, había una
sola casa que parecía garita y atendido por un loco, el único loco de ese
camino, que había encontrado la formula perfecta de su negocio, sin moverse de
su casa, solo esperar que los buses de los llamados clásicos otra vez fallaran
en el camino para el poder vender sus Coca-Colas, galletitas, papas fritas y
demases. El tema es que ahí estábamos de
nuevo, con cara de sueño que no podíamos y ni siquiera despertando a las
neuronas para que pensaran como resolver esto.
Camino a Lima
Logramos despertar y con ello nuestra urgencia de llegar a
Lima a tiempo, así que hicimos parar a otro mini bus que aprovechando la
oportunidad fue a ofrecer sus servicios, lo convencimos en grupo que en vez de
llevarnos a Nazca, el pueblo conocido por las figuras en sus suelos muy
parecidas a las hechas por extraterrestres, que quedaba a más o menos 1 hora de
ahí, nos llevase directo a Lima, y así fue, después de casi 8 hrs. de viaje,
una parada a almorzar, almuerzos horribles del camino, unas cuantas cabeceadas
de dormidas, rodillas dormidas, llegamos a Lima por fin, un día viernes por la
noche, vida en civilización, pero antes debíamos encarar a la línea de Buses
Internacionales ORMEÑO, lo digo con todas sus letras para que lo tengan en
cuenta en caso de quieran viajar dentro de Perú (en los viajes internacionales,
al parecer es otro cuento, pero yo ya no me subo más a estos), como
recomendación no tomen esta línea que es de las peores y quizás les puede pasar
lo que a nosotras nos pasó, fuimos a reclamar nuestro pasaje a la sucursal
ORMEÑO de Lima, y ellos se negaron a devolvernos el dinero, se negaron
firmemente, aun así que nos dejaron a la deriva, en un lugar donde no tenía
acceso a nada, sin un vehículo de reemplazo y con todos los perjuicios que
puede ocasionar un accidente mayor, dada la falla del transporte, era una
vergüenza, una por la imagen que le dejan a los extranjeros que usan sus
servicios y por otro lado porque además estábamos con una señora peruana con
sus dos hijas, que no tenía recursos y que definitivamente ese dinero le
costaba más aún, bajo esta situación y a pesar del cansancio, no desistimos, y
nos fuimos directo a la delegación policial que quedaba a unas 5 cuadras de
ahí, y así con mochilas, djembé y caras de angustia, nos fuimos a presentar y
contarles la situación, a un guapo oficial, que según yo tenía dislexia porque
le costaban las palabras, pero por el lado de Camila, todo bien con “mi
Sargento”, nos escucharon pacientemente y viendo la pintoresca fotografía de
nuestros rostros, nos ayudó, hizo que otro policía nos acompañase, y en una
diplomática conversación con el administrador de la “flamante” línea de buses
ORMEÑO, logró que nos devolvieran por lo menos el 90% de lo que solicitábamos,
eso era más que nada, y con nuestro cansancio y ganas de llegar luego a un
lugar seguro aceptamos el trato, el policía aun más amoroso, nos acompañó hasta
el taxi, detuvo a uno y hasta negoció el precio hacia nuestro destino, un
hermoso final feliz y una excelente bienvenida del “ORDEN Y PATRIA” Peruano.
Familia en Lima
Cuando nos fuimos rumbo a Lima, quisimos contactarnos con un
primo de Camila para que nos alojara, pero en vez de eso, nos dio el lindo
numero de su tía y nos mandó para allá, y bueno “a caballo regalado no se le
miran los dientes”, además cuando llegamos a la casa de la tía, esta era lo
máximo, lo esperado por tantos días de maltratos, una cama gigante, TV cable,
una pizza que comimos en familia y un clima exquisito. Era viernes de rumba en
Lima, sin embargo mi cuerpo no pudo más, y en un sorprendente “prefiero ir a
dormir”, la Camila aceptó totalmente ya que ella estaba igual de cansada, y no
supimos más hasta el otro día.
Lima buen lugar para morir
Era la mañana y como buenas invitadas, nos dimos ánimos para
levantarnos temprano, la tía nos esperaba en la terraza con un rico desayuno,
en el que contenía Tamales, una especie de humita, preparada de otra forma y en
hojas de otra cosa, pero bueno, “al ataque”, como era muy fuerte su sabor le
agregué un tanto de mantequilla, y aunque no me pareció rica, me lo comí todo,
como para no despreciar, era nuevita en la casa, así que me tenía que
comportar.
Después nos fuimos al mercado de Lima, una variedad de
frutas de todos los colores, mariscos de distintos tipos, frutos secos,
preciosa arquitectura, todo este recorrido era para comer el estupendo Ceviche
Peruano que el primo nos prepararía con su receta mágica, para “mala pata” mía,
no alcancé ni a probar, porque al llegar de las compras y del recorrido por las
artesanías, locales mayoristas para comprar y re vender, no pude más, me excusé
y me tumbé en la cama, y fue bueno por una parte, ya que venía cansada del
viaje, resistiendo la pésima manipulación de alimentos en Bolivia, el viaje, los
contratiempos, ese Tamal que me remató, y las profundas ganas de dormir que
tenía, claro que a eso le vino un concierto de vómitos y demases, donde casi vi
la luz después del túnel, pienso que eso de los dolores estomacales son tan
heavys, que puedo morir de esto, pero nada, era lo de siempre, un malestar
fenomenal, y que gracias al cielo estaba en un muy buen lugar para “morir”, y
fui atendida como en casa, muchísimas gracias por eso. Estuve en cama como tres días, y al igual que
Jesús, al tercer día resucité entre los muertos para florecer junto a la
familia nueva.
La Familia Nueva
Camila tenía unas tías que se habían casado en Peru, hace
como 40 años, y aunque ambas vivían en casas diferentes, se visitaban muy
seguido, junto con el primo, eran toda la patria que tenían en ese lugar.
Pasamos varios días en convivencia, conocimos sus líos, sus
amores, sus historias del pasado, su forma de pensar, a veces con afirmaciones
demasiado diferentes a lo que nosotras pensábamos, pero nada, la libre
expresión es respetada y la cordialidad siempre es bienvenida en casa donde
eres huésped. Una tarde visitamos un
lugar que hace mucho tiempo quería ir, pero que nunca reparé que era en Lima
que existía, las maravillosas Fuentes de Agua, unas mágicas fuentes, creadas
con una belleza arquitectónica que enamora, por lo menos a mí, la mezcla de
aguas girando al son de la música, proyecciones de laser que dibujaban
bailarinas en las columnas de agua, la música de Strauss, niños en fuentes de
aguas interactivas, túneles de agua y luces donde al pasar no te mojabas y era
todo como volver a ser niños otra vez, fue un paseo hermoso que como buena
turista no podía dejar de ir, felizzzz.
Embajada de Dimitri
Para no alterar las formas de vida de nuestra anfitriona
decidimos no quedarnos más tiempo en su casa, y visitar a nuestro amigo Dimitri,
amigo de Camila y ahora mío, nos fuimos a pasar los últimos días antes de salir
de Perú, pero antes de esto, hemos pasado unos lindos días en su mundo, un
mundo que quería conocer, y llevármelo como experiencia, quizás mejor que esas
callecitas hermosas casi parisinas que conocimos de Lima, llevarnos parte del
folclore de Perú, los valsecitos en bares antiguos, la gente que sale de su
país para triunfar con el folclore en Paris, como es el caso de Mirtha
Guerrero, el recorrido por las noches limeñas, y el encuentro con una amiga
chilena de la vida, la Marce, que también paseaba por ahí, fue lo que hizo que
mi estadía en Lima se haya coronado con todo lo que yo quería conocer, gracias,
gracias, gracias.
Pasaron los días, y llegó la hora de la despedida, mi
primera vez sola en el camino, Camila se quedaba en El Perú y yo seguía para
Ecuador, nos despedimos con un “en unos meses nos vemos nuevamente” y sin
lagrimas, pero con un poco de angustia, me asomé a la nueva etapa de este hermoso
camino, muchas gracias hermanita linda mi ángel en estos lindos países que
visitamos.
La vida en Perú
Si me preguntan que me llamó la atención de todo, puedo
decir que agradezco como personas como Dimitri y sus amigos viven, conservan y
protegen las tradiciones de Perú y están cada vez más transmitiendo a todo el
mundo lo grande de su país, pero también puedo decir que hubo cosas que me
alteraron mucho, como ver que Lima es un “pre Chile”, que se convierte cada vez
en un arduo competidor por un sistema de vida parecido al nuestro, donde
sabemos cuál es el final de la historia, ya veo las tiendas Falabella, Sodimac,
y cuantas otras de otros inversionistas extranjeros colonizando el país, malles
repleto de gente con plata plástica para comprar, mucha convencionalidad en sus
ideas, marcadas por la sociedad, son atraídos más y más por un sistema que se
ha apoderado de Latinoamérica, el de un sistema de esclavos, de números y no de
nombres, de brazos y no de rostros, como diría Galeano, donde se quiere que la
gente quiera vivir de lo que espera el resto y no de lo que precisa su alma. y
en comparación a las cosas que rescato de Bolivia a pesar de su servicio, ellos
protegen fuertemente su propio sistema de vida, en el que la familia es fuerte,
el que tiene que ver con sus antepasados y su cultura, en donde el que más tiene no se distingue por
el que más ostenta, sino porque el que más entrega, sobre todo en las fiestas religiosas. Y así el diablo mueve su cola y me hace
tentar, durante esos días tuve una oferta de trabajo para continuar mi carrera de
Ingeniería, sería Jefa de Proyectos de un Software de última generación y blah,
con buen sueldo, y con las regalías que significa ser corporativa, creo que eso
lo pensé solo un momento, para luego reírme y decir “no, gracias”, insisto que
cada uno vive la vida como quiera elegirla, pero para mí volver a la caja o al
cubículo, volver a ser robot inercico, sin sentido de vida, no va en los
planes, y sobre todo si voy a estar lejos de mi gente, ahora este experimento que lo he llamado El
Camino del Sueño, que me ha enseñado bastante en poco tiempo, es la única forma
que tengo hasta ahora de vivir, de sentir, de descubrir que es lo que precisa
mi alma, de desear estar en estos segundos preciosos en el que pueda ser yo la
fascinante imaginación de mi misma, luego de eso pídanme lo que quieran, ahora
voy yo.
Viva la vida, Vamos por Ello…
LINDA TU PUBLICACION HIJA DE MIS ENTRAÑAS
ResponderEliminarTremenda!!!!!
ResponderEliminarTe mando abrazos y besos que acompañen tu aventura!
Coté
lindaaaaa....me apretasel corazonh! sigue asi...y ojala no pares nunca con este cmaino...un beso grande y epsero encontrarnos
ResponderEliminarjavi!
besos y abrazos sigue descubriendo...
ResponderEliminarVale Peredo
Genial como narras tus experiencias y mejor aun porque se nota que todo lo sientes muy tuyo.
ResponderEliminarSoy Estefanía de Lima - Perú e hice el mismo viaje solo de que Lima a Bolivia pasando por Arequipa y Puno.
Me ví en muchas de tus palabras.
Gracias y sigue con esto que esta re bueno!