Ábrete Corazón – Ícaro Chamánico
Ábrete corazón, ábrete sentimiento,
Ábrete entendimiento,
Deja a un lado la razón,
Y deja brillar al Sol,
Escondido en tu interior.
Es tiempo ya,
Ya es ahora,
Ábrete corazón y recuerda, como el
espíritu cura, como el amor sana,
Como el árbol florece y la vida
perdura…
Caminamos por un hermoso paraje de
terrazas verdes, viajamos por su lago sagrado, los incas de piedra, los incas
invisibles, sus ruinas, nos encontramos con otros seres, hablaban un idioma distinto
al nuestro, miraban como escondiendo los ojos, cantamos, nos quedamos en
silencio, enviamos bendiciones.
Bolivia – La primera Frontera
En nuestra planificación de ruta, a
última hora, decidimos bautizar nuestro viaje con el mejor de los deseos, en un
lugar sagrado y mágico, un lugar donde la grandiosidad ilumina a todos los que
pisan sus tierras, nos dirigíamos a Bolivia, más exactamente al Lago Titicaca,
Copacabana y la Isla del Sol.
Camila por fin había terminado su
trabajo, asi que
aprovechamos el día para terminar los detalles y trámites pendientes para
nuestro viaje, nos hemos pasado todo el día en ello, y para coronar pasamos al
terminal de buses para ver el valor de los pasajes y sus horarios, y para
nuestra fortuna, tenemos la oportunidad de viajar, ese mismo día en la noche,
un bus de Arica a la Paz, Bolivia, sale a eso de las 24 hrs., no lo pensamos
dos veces y llegamos a la casa, ordenamos nuestras mochilas y partimos.
Cuando el bus salió del terminal, sentimos el corazón como latía
fuertemente y un respiro de alivio dejaba atrás Arica y el mundo del que
veníamos.
Salimos a buena hora, nos convenía
viajar de noche, por la libertad de tener tiempo en el día y estar preparada
para todas las posibilidades, todavía no sabíamos si nos quedaríamos en la Paz
o nos embarcábamos unas 6 hrs. adicionales para Copacabana y el gran lago
Titicaca.
En Arica, tomamos en el terminal
“internacional”, un bus boliviano, de esos buses que recuerdan mis tiempos de
viajes de Concepción a Santiago, mi niñez, me subía a cualquier bus, no me
importaba la calidad de servicio o del bus mismo en que viajaba, lo importante
era el precio y que llegara a tiempo para las fiestas de esas épocas, ahora es
algo parecido, aunque estamos más viejas, son más horas de viaje, pero con tal
de salir por fin de Chile, nos embarcamos felices, la Camila siempre a la
ventana, yo en el lado de pasillo, y con un lindo asiento reclinable que no
reclinaba, el baño de lo más hediondo, una familia chilena al final del pasillo
que conversó toda la noche y una pareja de argentinos, que con nosotras eran
muy amables, pero cuando los asistentes del bus les decían algo, los trataban
muy descortésmente.
A mí y al argentino del otro lado del
pasillo, nos tocó el asiento premiado, asiento reclinable que no reclina, y
tuvimos que inventar una posición al dormir semi recta (léase en boliviano, llrrecta),
con los pies rígidos para forzar el respaldo y mi espalda, y así nuestro viaje
empezó en el “mejor” de los estándares.
Como era de suponerse, los bolivianos
no nos informaron que el bus paraba en la aduana a causa de que está cerrada en
la noche , así que a las 3:30 am llegamos a la frontera con Bolivia, luego de
eso, el bus paró, su chofer se reclinó como si nada, sin dar ningún aviso y
explicación, nos tocaba asumir que lo nuestro era “dormir” hasta las 7:30 am,
cuando el asistente del viaje, nos entrevista y ayuda los papeles aduaneros,
fue ahí cuando recibo mi primer cambio de mundo, el asistente me pregunta:
¿Va saliendo para Bolivia?- A
lo que yo le contesto, no, voy entrado a Bolivia,
¿Cómo?, - me indica.
Y así fue como aprendí, que sí, yo
entraba, pero Salía para Bolivia.
En la aduana, el trámite es muy
sencillo, no nos revisaron casi nada las mochilas, signo de diferencia con
Chile, y ¡por fin! Pasamos la frontera.
Datos Prácticos
Ítem
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Detalle
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Observación
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Hora de Salida a Bolivia (“Saliendo
para Bolivia”)
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24 hrs. aprox.
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Conveniente viajar de noche para
disponer mejor del tiempo si llegas de día a la Paz.
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Valor Bus a la Paz Bolivia
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$15.000
USD 30 aprox.
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Asiento malo, baño hediondo, gente
ruidosa.
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Horas de cruce de frontera
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07:30 am
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Se duerme en la aduana, desde las
3:30 a las 7:30 am aprox.
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Hora de llegada a la Paz, Bolivia
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01:00 pm
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Valor de desayuno en la aduana
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5 bolivianos, $250 aprox., USD 0,5
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Incluye CAFÉ Y 3 BUÑUELOS, sopaipillas grandes.
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Monedas y conversión
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1 dólar = 6.92 bolivianos
1 dólar = $510 chilenos
1 boliviano = $73, 69 chilenos
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Valores aproximados, de acuerdo al
cambio de esos días, y de nuestro cambio del dólar en Arica.
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Valor pasaje a Copacabana
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$2210 chilenos,
USD 4,25 aprox.
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Valor hostel en Copacabana
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30 bolivianos
$2210 pesos chilenos
USD 4,25 aprox.
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Valor por persona, baño privado,
hostal céntrico.
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Bolivia otro mundo.
Nos encontramos con un Bolivia,
sencillo, humilde, voz suave y cariñosa, quizás con un tinte de temor a
molestar, miradas gachas. A pesar de que manejan el idioma español,
ellos arraigan una cultura milenaria, que no ha muerto, su lengua es la Aimara
mayormente y otras que tienen en sus propias comunidades, por lo que todas las
conversaciones son para mí misteriosas y sorprendentes. Por
lo que nos encontramos en nuestro primer lugar en Sudamérica, y ya estamos en
otro planeta, uno distinto al sistema en que hemos nacido.
Copacabana, Lago Titicaca
Lo primero que hicimos al llegar a la
Paz, fue comprar pasajes directo a Copacabana, no quería estar en la Paz, ya me
habían hablado de que era peligrosa y a un amigo le robaron sus documentos, por
lo que no me interesaba quedarme. Al subir al bus, nos encontramos con
que toda la argentina se estaba yendo para allá (léase ashá), y al llegar a
Copacabana, lo confirmamos, todo era argentino, los restaurantes, la mayor
cantidad de turistas, hasta los bolivianos habían innovado en servicio y ya
vendían agua caliente para el mate, etc. Nos quedamos en un hostal en la
noche, nos dimos unas vueltas antes de descansar, pero el viaje nos había matado,
así es que dormimos plácidamente en nuestra primera noche boliviana.
El día nos despertó con un regalo, mi
primera lluvia en meses, y para Camila, una lluvia en un lugar sagrado,
granizos como dardos que caían repentinamente en nuestras manos, que dolor, pero
que alegría a la vez, nos comíamos esas pequeñas gotitas congeladas, una de las
más puras del mundo, ya estábamos a 3.800 msnm.
Para almorzar, nos fuimos al mercado
popular, ahí te sirves en unos puestitos donde una cholita cocina en “vivo” en
cada mesón, con capacidad para que te aumenten el plato en cualquiera de los
ingredientes que incluya, ojo, si eres turista que lo sabe o si eres boliviano,
porque las cholitas te lo mencionan muy rara vez. Nos pusimos a
conversar con la cocinera y su hija y con una boliviana que estaba comiendo con
nosotras, un club de lulú al almuerzo, hablamos de nuestras vidas, de las de
ellas, de lo que hacían y cuando les contamos lo que estábamos haciendo, ellas
estaban muy felices por nuestra locura, y que ya les hubiese gustado haber
tenido la visión de emprender un viaje cuando eran jóvenes y no tenían hijos ni
marido, ahora sonaban como si llevaran mucha carga a cuestas, mucho tiempo de
aguante, no las habían dejado conforme, ellas nos contaban que en Bolivia, son
las mujeres las que llevan la casa y el marido es el que se queda chupando en
alguna cantina o el que les pide plata, nos quedamos ahí conversando y
disfrutando de este círculo de mujeres, tomando una rica Bicervecina, una
especie de malta boliviana muy rica. Nos marchamos del lugar para ir al
“Calvario” un peñón que mira a toda Copacabana y el lago Titicaca.
Después de subir el “Calvario”,
entendimos el porqué de su nombre, este peñón es una especie de procesión que
representa las estaciones de Cristo en el Calvario y que debe celebrarse
oficialmente en Semana Santa. Y además de ello, y los 3.800 msnm, cada
paso en cada escalón es muy pesado, el corazón se te acelera y el aire se
corta, así que tienes que parar varias veces hasta llegar a la cima, esta tiene
una vista cautivante al lago a su cerros verdes, las terrazas de cultivo , existe una primera
parada oficial, antes de llegar a cumbre, y sirve para santiguar, hay varios
altares para poner velitas y hacer pagos u ofrendas. Luego cuando llegas a la punta puedes ver un
paisaje aún más esplendido, el lago en su totalidad, las islas del Sol y de la
Luna, y todos están ahí contemplando, puedes buscar el silencio y encontrarte
con uno con muchas voces y así me escucho conversando con las personas que amo
y que están lejos y les converso de lo que veo, de lo lindo que se siente todo
en ese lugar y de mi total agradecimiento por este momento y por el amor.
Ángeles en el Camino.
Ya estábamos por bajar este peñón,
cuando un simpático chico nos invita a conversar, era un grupo de argentinos y
una venezolana, que se habían conocido en ruta y ahora con su hermosa energía
nos invitaban a integrarnos. Estuvimos ahí un buen rato, cantando,
fumando y maravillados del escenario, contagiándonos de cariño, tanto así que
al bajar hicimos las ofrendas en grupo y cada uno prendió una vela para pedir
por nuestros deseos, lo hicimos en respeto y silencio, luego de ello, nos dimos
un abrazo grupal gigante con gente que pasaba, con los que se querían unir, todos
terminamos emocionados, fue hermoso como nos unimos conocidos, con desconocidos
en un simple y claro gesto de amor.
Terminamos de bajar el peñón y
cenamos juntos, luego el grupo se dividió para descansar, para luego volver a
encontrarnos en uno de los bares para argentinos en Bolivia, con música
argentina, Fernet y pisco chileno, no todo el grupo estaba, pero ya con
los que estábamos nos organizamos para salir a Isla del Sol a medio día.
Antes de dejar el hostal, le pedimos
al dueño que nos guardara un momento las pesadas mochilas, ya que debíamos
cambiar dólares, y comprar pasajes. El dueño del hostal, me pregunta que
a que me dedico y como antes ya había renunciado a mi carrera de ingeniera, le
dije que era escritora, el se mostró sorprendido y curioso y me preguntó acerca
de que escribía, yo le dije de las relaciones, de las visiones de la gente, de
sus penas de sus alegrías de todo y de la nada en realidad.
Así que no fue más, y aunque la Camila me miraba porque ya estábamos en la hora,
el dueño del hostal, cuyo nombre verdadero no es Juan, pero fue el que me dio,
me empezó a contar acerca de Copacabana, su vida y su gente.
-La gente de acá, es muy envidiosa,
cada uno pelea con el otro, por si gana más plata el restaurant del frente o si
se hizo alguna mejora en su negocio, nadie es frontal y todos cuidan sus
espaldas, no luchan unidos, compiten constantemente.
El crecimiento explosivo de
Copacabana, la gente que antes vivía de sus costumbres ancestrales, se le
presenta un sistema totalmente distinto e invasivo, tuvo que aprender nuevas
comidas, nuevas lenguas, buenas costumbres y en este caso también las malas de
nuestro mundo, me cuestiona todo esto, como si el “combo de crecimiento”
incluyese esta forma de corrosión interna en la sociedad a insertar.
La Camila, ya me miraba con cara de
reloj, así que agradecimos sus apertura hacia nosotras y nos marchamos.
Isla del Sol
Nos embarcamos en unas lanchas a lo
“boliviano”, 50 pasajeros por bote con motores pequeñitos, aunque no cumplía
con los estándares de seguridad que estamos acostumbrados, nos entregamos
a la aventura, nuestro consuelo es que este trayecto lo hacen todos los días
por lo que eso me tranquilizaba, ellos saben de trucos, mañas y rutas.
Subimos Mariana, Fede, Nazareno y
Nacho, los argentinos y Chile, como nos llamaban a las dos con Camila, el viaje
fue hermoso, sin embargo helado, así que tomé todo lo que traje para abrigarme
y me lo puse, íbamos en la parte de arriba del techo de la lancha, entonces nos
tomaba la helada.
Al cruzar este lago, fuimos en busca
de Hostal, y encontramos uno al lado de la playa, playa invadida por argentinos
y sus carpas, sus mates, y los bolivianos con agüita para sus mates.
Nos quedamos todos en la playa, y
descalzos pusimos nuestros pies en la arena, buscando un poco de calor guardado
por el sol, pero nada, sorprendentemente para nosotros, estaba helada, seguimos
charlando con más viajeros y aprendiendo a hacer acrobacias con pelotitas, la
Camila era la mejor en eso, yo solo miraba los contrastes de paisajes, chanchos
arreados por los bolivianos, a la orilla de la playa, los niños que trabajan
desde antes de leer, y que a escondidas se quedaban jugando con los otros
grupos, hasta que los llamaban para nuevamente seguir vendiendo agüita para
mates.
La isla del Sol, es una isla más
rural y comunitaria que
Copacabana y su gente es un poco más cercana a los que viajan, en general por
lo que conocimos los bolivianos no trataban al turista con gentiliza, sólo como
oportunidad económica a corto plazo, y eso nos hicieron notar en muchos
restaurantes a los que fuimos o por las veces en que de la nada, nos querían
cobrar “2 bolivianitos”, sólo por mirar.
En la tarde compartimos el atardecer
en un café de un cordobés bolivianizado, donde tomamos café con leche, o
chocolate caliente, estamos en invierno Boliviano, las temperaturas son bajas,
hay que abrigarse con lo que tengas, yo llevo más ropa de verano que de
invierno, pero aún así, hice de todo para taparme bien, el cierre del día nos
regaló unos hermosos colores amarillos en las nubes gordas que acariciaban ese
cielo que nos quedaba bajito, donde las puntas de la cordillera le hacen
cosquillas.
La Ley del Tiempo
Nacho el integrador del grupo, nos
hizo una clase práctica de La Línea del Tiempo, que es algo como el calendario
maya, pero es la forma general de todos los calendarios de ese
tipo. Este se trata de identificar cuál es tu destino o tu propósito
en la vida, cuales son los poderes con que naciste y con que tienes que luchar
en tu vida, para llegar a la meta. Está definido por una frecuencia, la
13:20, donde 13 son el número de días de la semana, y 20 los periodos en que se
divide. Cada uno de los 13 días representan 13 tonos, y los 20 periodos,
los 20 kines, si revisas tu fecha de nacimiento, con el año incluido podrás
saber cuál es tu material por así decirlo y tu propósito, pero lo más
importante es que todo esto tiene que ver con el aquí y ahora, tomar conciencia
de la oportunidad o el desafío que te regala la vida para tu completo
florecimiento.
Noche
Mágica
La noche nos esperaban los Sicuris,
un grupo de bolivianos tocando música andina, cantando y tocando sus
zampoñas, y el bombo, esto lo hacían en la cancha de futbolito de la
isla, junto a los turistas dando vuelta con ellos, y en procesión por las
calles de la isla, en un momento vi a la Camila, llena de emoción, algo la
había conectado con una fibra de su corazón, recordándole quien era,
recordándole con esos sonidos lo que podía hacer y lo que era capaz de sentir,
lo demás que paso en su corazón, queda en ese silencio que guarda la isla del
Sol.
Para mí fue un poco distinto, el
jolgorio y los tambores, hizo que quisiera quedarme más lejos de la multitud,
escuchar todo como música de fondo, me puse en un lugar de la playa donde
pudiese estar sola, junto a un vaso de ron, la cordillera y el lago eran el
horizonte, junto con ello se vino un espectáculo hermoso, una fiesta de rayos,
relámpagos que se asomaban por la cordillera, una panorámica
increíble. Y así con esa belleza, me puse de nuevo a enviar
energías de paz, y mucho amor, para los de Chile, para mi amor del sur, que
todo fluya, que todas nuestras decisiones estén ceñidas al corazón, que la vida
se manifieste.
Épicas de Amor
Oda del Manto de la Luna al Sol
I
La Luna y el Sol, se conocieron en un
solsticio de verano, nunca más pudieron olvidarse, cada cierto tiempo un
eclipse tiene el honor de hacerles de biombo para la intimidad donde
pueden abarcar sus almas.
II
La Luna y el Sol, se aman
profundamente, pero tienen un pacto demencial, para uno la vida es el día y
para el otro la noche, todos los días se acuestan buscando el rincón ocupado al
otro lado de la cama, pero siempre está vacío.
III
La Isla del Sol, es uno de los pocos
lugares donde el Sol y La Luna se encuentran, existe un constante correteo
entre el día y la noche, el deseo de amarse es incontenible, algunos días la
luna se queda escondida entre la arena, con su manto de cristal helado,
esperando que el sol termine su jornada para sorprenderlo e irse juntos a
dormir.
La Isla Granizada
Las celebraciones duraron hasta las 6
am entre los viajeros y sus tambores, porque la hermosa panorámica de rayos se
instaló en la playa, de manera escandalosa caían relámpagos, granizos y lluvia,
al despertarnos nos alegramos porque no estábamos afuera, pero también vimos
como sufrían las carpas en esas temperaturas y esos campistas que corrían a
refugiarse en cualquier lado, de esto que no lo podían creer.
Con tal panorama, decidimos regresar
para Copacabana, no hacer el tour de las ruinas, ya que no sabíamos cuantos
días seguiría el mal tiempo y si quedábamos atrapados los bolivianos podrían
ser capaces de cobrarnos un ojo de la cara, no nos quisimos arriesgar.
El regreso fue en una de las lanchas
de la comunidad, aun más pequeña y con más gente, tanta que la lancha se
inclinaba, por lo que nos tuvimos que cambiar de asiento para así balancear la
carga, hasta que por fin pudimos irnos tranquilos y así como el clima se había
tornado agreste, de pronto apareció el sol que bañaba a un plácido lago
que nos hacía viajar liberados y abiertos. Nacho volvió a repetir la
clase intensiva de la Ley del Tiempo y unas chicas argentinas que iban con
nosotros cantaron unas hermosas canciones, que decoraron aun más este Lago
sagrado.
Canciones
del Camino (Recomendaciones)
· Canción del Pinar – Los Rosarinos
· Silvina Larré
· Doble Majú – Rie Chinito – Perota
Chingó
· Doña Utenza
· Lizandro Aritimuño
· Azucar del Estero
· Canción del Amor
· Árbol Caído